NUEVO RAYO DE LUZ


A más de los compromisos adquiridos en materia económica, migración, desarrollo social, seguridad, entre otros, los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe, reunidos últimamente en México, apoyaron la creación de una nueva organización regional, en tanto se requiere conforme consta en la Declaración de Cancún de “…una instancia de concertación política fortalecida que afiance su posición internacional y se traduzcan en acciones rápidas y eficaces que promuevan los intereses latinoamericanos y caribeños frente a los nuevos temas de la agenda internacional”.

Consecuentemente, se trata de un organismo regional, cuya acta fundacional se prevé suscribir en julio de 2011, y que en lo sustantivo se presenta como diferente a la Organización de Estados Americanos (OEA), no solamente porque en su conformación se excluye a los EE.UU y Canadá, sino por la expectativa creada en torno a otorgar un mayor peso político a Latinoamérica y el Caribe, más aún en un escenario internacional donde la conformación de bloques o alianzas permiten a sus actores defender de mejor manera sus intereses nacionales y estratégicos.

En realidad, parafraseando al ex Presidente James Monroe, quien dijera “América para los americanos”, en esta ocasión, en México nuestros gobernantes han impulsado una suerte de doctrina latinoamericanista que podría quizá sintetizarse en la expresión “América Latina y El Caribe para los latinoamericanos y caribeños”, con lo cual se deja en claro que la decisión de nuestros pueblos es no permitir ingerencias ni intervenciones extranjeras.

Y es que los latinoamericanos y caribeños, no necesitamos que los estadounidenses o las potencias del primer mundo, hablen por nosotros, piensen por nosotros o decidan por nosotros. Nada de eso. Al igual que el indio, hoy no requiere del blanco, mestizo, del cura o policía para que “le den pensando o diciendo las cosas”, pues ellos elaboran sus propios discursos; América Latina, por decisión de sus hijos, dejó hace tiempo aquella época oscurantista del colonialismo.

Actualmente, América Latina y el Caribe, se presenta como una región generadora de un pensamiento fresco y progresista que no admite tutelajes sean de izquierda o derecha, y que por el contrario lucha por defender la libertad y la democracia como elementos esenciales para el crecimiento y desarrollo de sus comunidades.

En la práctica, la conformación de este organismo regional sin la presencia del hegemón, constituye un cuestionamiento directo a la acción desarrollada por la OEA, cuya participación en el sistema interamericano mereció agrias críticas, en tanto sus decisiones, sus inacciones o simplemente el cómodo silencio, en muchas ocasiones, estuvo atado a los intereses o criterios del patán de la aldea global (EE.UU).

Así, el desgastado discurso de la defensa y promoción de la democracia en la OEA, en más de una oportunidad, no pasó de las declaraciones líricas y de encuentros diplomáticos intrascendentes propicios eso sí para que las ‘momias cocteleras’ pongan en práctica sus mejores destrezas en lo que a etiqueta y protocolo se refiere.

En estas condiciones, es probable que el surgimiento de esta nueva organización regional termine reemplazando en la práctica a la OEA, en la medida en que responda eficaz y eficientemente a los intereses de América Latina y el Caribe. De no hacerlo, se convertiría en un pesado cuerpo burocrático más y en una desilusión en el proyecto de integrar a América Latina en la nación de naciones que imaginó Simón Bolívar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

CARNE DE PERRO

No, señor presidente

EL SOLITARIO GEORGE