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Mostrando entradas de enero, 2010

HAITÍ, EL DRAMA HUMANITARIO

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Las noticias e imágenes que sobre Haití y su capital, Puerto Príncipe, transmiten los medios de comunicación, luego de ocurrido el devastador terremoto que tuvo una intensidad de 7,0 grados en la escala de Richter, dan cuenta de una tragedia poco antes vista. De hecho, la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha calificado a esta catástrofe “…como la peor crisis humanitaria en décadas”. Y es que luego del movimiento telúrico y sus réplicas, cálculos iniciales estiman que alrededor de 200,000 haitianos perdieron la vida e igual número de personas –o muchas más inclusive- requieren de asistencia médica urgente como resultado de las heridas producidas. Asimismo, 1 millón de individuos, ahora mismo, no poseen un techo como resultado del desplome de buena parte de las viviendas y construcciones. Además, y como si esto no fuera suficiente para un pueblo sufrido y extremadamente pobre como el haitiano, las necesidades crecen exponencialmente con el pasar de los días. Los sobrevivientes a este

NO, SEÑORES FISCALES

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La Fiscalía General del Estado como órgano autónomo de la Función Judicial según el Art. 195 de la Constitución es quien dirige “…la investigación preprocesal y procesal penal; durante el proceso ejercerá la acción pública con sujeción a los principios de oportunidad y mínima intervención penal, con especial atención al interés público y a los derechos de las víctimas…”; por lo mismo, su trabajo que es eminentemente técnico debe cumplirse con independencia y, desde luego, con la suficiente transparencia a fin de otorgarle credibilidad a sus actos. No obstante de lo señalado, curiosamente en el Diario El Comercio, a propósito del lamentable accidente de tránsito ocurrido en la ciudad de Quito el 14 de enero de 2010, en el que murió la joven Nathalia Emme Bedoya, al ser atropellada por un vehículo en el que viajaba la Dra. Aliz Borja, esposa del Fiscal General del Estado, se publica un manifiesto a la ciudadanía suscrito por parte de los señores Fiscales Provinciales, Directores Nacional

CAMPOVERDE, LA LEYENDA

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Hablar de Julio Campoverde Torres es referirse a un ícono del deporte lojano. Sin duda, su destacada y activa participación en carreras de fondo y semi-fondo tanto a nivel local, nacional e internacional, han hecho de este deportista de élite uno de los mayores referentes del atletismo de la región sur del país. En realidad, en poder de Julio Campoverde permanece una gran cantidad de trofeos, medallas y diplomas, los que han sido alcanzados con enorme esfuerzo, constancia y sacrificio, constituyéndose en testimonio de los días de gloria que han acompañado y acompañan a este gladiador lojano. A propósito, hace pocos días tuve la oportunidad de conversar con Julio, quien con una amplia sonrisa y entusiasmo me contaba de sus últimas participaciones realizadas en la ciudad de Piura (Perú) y en el Distrito Metropolitano de Quito, habiéndose ubicado dentro del ‘top ten’ de los participantes. Asimismo, recordamos en esa ocasión algunas anécdotas presentadas durante los viajes que ha emprendid

A ENFRENTAR LA INSEGURIDAD

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Los ecuatorianos ya no soportamos más los niveles de violencia y criminalidad que se presentan en ciudades tanto grandes como pequeñas, en urbes costeñas, serranas u orientales. Lo cierto es que el sentimiento de temor se va apoderando de a poco de una sociedad que se muestra desprotegida y sobre todo vulnerable. En efecto, las cifras proporcionadas por la Dirección Nacional de la Policía Judicial corroboran esta tendencia donde se advierte que las ciudades de Manta, Portoviejo, Esmeraldas, Sucumbíos y Guayaquil presentan la mayor incidencia delictiva, estadísticas a la que se suma la capital de la República, en la que últimamente tuvo lugar una marcha impulsada por los llamados “sobrevivientes de la delincuencia”, en procura de unir esfuerzos para combatir eficazmente a este mal. Pero hay que insistir en que el problema de la inseguridad no es un asunto exclusivo de las grandes metrópolis. De hecho, la ciudad de Loja, otrora paradisíaco y tranquilo vecindario, es víctima de una acci

EL ALDEANO VANIDOSO

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Son algunos años que Loja dejó de ser uno de los centros urbanos que la opinión pública nacional tomaba como referencia. Y no solamente menciono el hecho de que la ciudad haya perdido su brillo y, sobre todo, esa dinamia que identificó su indiscutible crecimiento y progreso en la era del ‘Chato’ Castillo, la cual fue reconocida sin reticencias por propios y extraños, siendo incluso su modelo replicado en otras latitudes. También, hay que decirlo, ahora lamentablemente la voz del sur se ha apagado o, mejor dicho, apenas si se deja escuchar. En realidad, aún recordamos por ejemplo como las administraciones municipales de Paco Moncayo en Quito, Fernando Cordero en Cuenca y José Bolívar Castillo en Loja, dejaban escuchar con nitidez su pensamiento, así como exponían sus proyectos y algo fundamental: exigían con energía los derechos de sus respectivas comunidades. Como vemos, el retroceso es notorio y desalentador. De autoridades con un perfil intelectual amplio y de una personalidad perfec

EL BURDEL POLITICO

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A pesar de las buenas intenciones y de las renovadas promesas que generalmente se hacen con ocasión del nuevo año, el escenario del Ecuador-2010, hay que decirlo, se presenta plagado de incertidumbres y lo que es más inquietante, envuelto en un sofocante clima de conflictividad social; pues, no solamente se debe atender los altos niveles de desempleo y subempleo que registra la economía doméstica y que afectan a los sectores más pobres y desprotegidos de la población, sino también enderezar a una díscola política criolla que no logra dar respuestas a las exigencias que plantea un pueblo hoy agobiado por múltiples demandas insatisfechas, lo cual hace, según lo advierte el informe Latinobarómetro-2009, que un 36% de ecuatorianos consideren al sistema político como vulnerable a los golpes de estado, en tanto la democracia no alcanza aún su mayoría de edad. Lamentablemente, y cuando ya hemos iniciado la segunda década del siglo XXI, en el Ecuador, los políticos, o mejor dicho, los aprendi