DEMOCRATIZACIÓN DEL DEPORTE


La historia da cuenta que en Loja, al igual que suceden en muchas provincias del país que son ajenas al centralismo tripolar alimentado por Quito, Guayaquil y Cuenca, la práctica deportiva nunca respondió en sentido estricto a la aplicación de políticas o programas debidamente articulados por un órgano rector, sino más bien se ha trabajado con base al entusiasmo y dedicación personal del atleta. Tanto es así, que algunos triunfos alcanzados por nuestros representantes, por lo general, se vinculan con disciplinas individuales antes que grupales. Valga decir, atletismo, natación, boxeo, ajedrez, etc.

Lamentablemente, en el pasado hubo un divorcio injustificado entre actividad física e instituciones encargadas de velar por su promoción. Tanto es así, por ejemplo, que hace algunas décadas acceder al estadio de la ciudad resultaba imposible, en tanto sus pesadas puertas siempre permanecieron cerradas para el público. Únicamente se abrían para observar, de vez en cuando, partidos de fútbol de tercera categoría en la que los jugadores lojanos al final del encuentro, en más de una vez ocasión, se retiraban cabizbajos cargando en sus espaldas pesadas alforjas conteniendo las inclementes goleadas recibidas. Al parecer resultaba un sacrilegio que la población utilizase la infraestructura deportiva, pues, todo da a entender que sus administradores preferían que la pista atlética se destruya como consecuencia de las lluvias antes que por la acción de los deportistas.

A la final, y como resultado del abandono y falta de apoyo estatal y de la propia empresa privada, se condenó a una provincia, con enormes potencialidades como las que tiene Loja, a ocupar posiciones secundarias en los juegos y citas nacionales. Y es que en esos tiempos nunca se entendió que la actividad deportiva no puede ser asumida como un gasto sino como una inversión.

Ventajosamente, desde que la Federación Deportiva Provincial de Loja, está dirigida por Juan Pineda, esta lacerante realidad está cambiando a un ritmo importante, abriendo con ello la posibilidad de que en el mediano y largo plazo la provincia crezca en términos deportivos.

A propósito, hace pocos días, en una reciente visita que hiciera a la ciudad de Loja, y aprovechando mi condición de maratoniano, constaté in situ los cambios que se advierten en el ‘último rincón del mundo’. Mucha gente, joven y adulta, desde las primeras horas de la mañana realizan con vigor actividad física. Y es que ahora, verbigracia, el estadio acoge a los lojanos con las puertas abiertas y en su interior, al igual que sucede en muchos parques de la urbe, la gente se entrega por completo al deporte, como un nuevo estilo de vida.

Pero quizá mi mayor sorpresa la encontré en horas de la tarde al acudir al Estadio Federativo. Allí estaban en plena actividad, niños y jóvenes recibiendo las enseñanzas e indicaciones de sus técnicos y monitores, así como del personal de apoyo. También, se observaba a un grupo de adolescentes con capacidades especiales, practicando deporte con el asesoramiento de sus profesores. Asimismo, y en la cancha de césped, despiertos niños de una escuela fiscal, portando sus desgastados uniformes, practicaban libremente el fútbol, acompañados de una amplia sonrisa. En resumen, se respiraba la democratización del deporte.

En esa línea de acción, resulta importante el trabajo del actual Presidente de la Federación Deportiva Provincial de Loja, al orientar sus esfuerzos –como bien lo dice- a la “masificación del deporte recreativo, formativo y de alta competencia, así como a la actividad física como fuente de salud”.

Bien por ello…

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