CONDENA AL TERRORISMO


El reciente acto terrorista cometido en la capital colombiana si bien se suma a la larga lista de atentados que han teñido de sangre al hermano país del norte, en esta ocasión generó la firme condena y rechazo de la comunidad internacional, más aún cuando esta atrocidad se comete a pocas horas de inaugurado el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos.

En verdad, hasta el momento no se esclarecen los motivos ni se ha identificado aún a los autores de la activación de un coche bomba que, según informes de medios de comunicación de Bogotá, dejó un saldo de seis heridos y la afectación de un millar de apartamentos como resultado de la onda expansiva.

Las investigaciones iniciales apuntan a que las FARC-EP, como expertos en terrorismo, tengan responsabilidad en esta barbarie; no obstante, en esta ocasión también se analiza la seria posibilidad de que directamente hayan participado sectores vinculados con el paramilitarismo.

La primera de las hipótesis se sustenta en cierta información de inteligencia alimentada por el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) que da cuenta de la intención de las FARC de provocar eventos de violencia e impacto, más aún cuando la explosión tuvo lugar en las inmediaciones del edificio donde funciona Radio Caracol.

En cuanto a una segunda teoría, varios analistas y medios –como el caso de la Revista Semana- no descartan que la extrema derecha haya hecho sentir su poder destructivo, como una manifestación de resistencia a que el gobierno colombiano abra la posibilidad de un diálogo con las FARC, así como la normalización de las relaciones diplomáticas con el régimen venezolano de Hugo Chávez Frías.

Ya sea en uno u otro caso, este suceso terrorista debe ser esclarecido y sancionado de forma ejemplar, pues, no sólo que ha despertado un natural temor e inseguridad en las personas, sino que también cuestiona el hecho de que el Distrito Capital, lugar simbólico del poder político de ese país, haya sido nuevamente vulnerable al accionar demencial de criminales o fundamentalistas de izquierda o derecha.

Por último, no hay que olvidar que el mayor reto de la administración de Juan Manuel Santos será devolverle la seguridad y tranquilidad a su pueblo. En cambio, para estados como el Ecuador, este drama debe servirnos de muestra para cuidar y valorar la paz…

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