¿AL BORDE DEL DESBORDE?
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Francisco Huerta Montalvo, como experimentado y agudo político, en el año 2009 advirtió con claridad que nuestra llacta corría el riesgo de convertirse en una ‘narco-democracia’ en tanto este flagelo -elevado a la categoría de bestia apocalíptica del siglo XXI- amenaza con arrancar a dentelladas el débil tejido social y contaminar al Estado y sus instituciones. En verdad, el Ecuador hace rato que dejó de ser una isla de paz. Lamentablemente, la actividad ilícita relacionada con el tráfico de drogas y el crimen organizado van ganando cada vez mayor espacio y con ello la inseguridad ciudadana, entendida ésta como una realidad tangible y no como una simple percepción que anida solamente en la mente de académicos con actitudes genuflexas ante el poder. Y es que el país no sólo es una ruta para el transporte de los estupefacientes. Ahora, la fuerza pública también desarticula con frecuencia laboratorios que son utilizados para el procesamiento de los alucinógenos, develando que el narco